Hace tiempo que las estamos viendo en anuncios (online y offline), en tazas, objetos, menús de restaurante y hasta en la televisión. Y lo cierto es que eso dice mucho a favor de su efectividad. Hablamos de las tipografías que imitan la caligrafía manual o las características de letras propias de otros formatos. Moda pasajera? Quizás sí, ¡pero funciona!
Podéis instalarlas en vuestros ordenadores, para poder trabajar con ellas tal y como venís haciendo tanto tiempo con los grandes clásicos del mundo de las fuentes: Helvética, Arial, Times New Roman y compañía.
Solo tenéis que bajarlas de Internet, comprobar que se lean fácilmente (aunque parezca mentira, en el mundo de las formas el contenido sigue siendo importante) y usarlas con moderación, además de combinarlas bien con las tipografías auxiliares.
Las ventajas que les vemos a estas simpáticas y expresivas tipografías se pueden resumir en estos puntos:
- A día de hoy y hasta nuevo aviso por saturación del usuario, llaman poderosamente la atención.
- Son tan expresivas que bien utilizadas, dicen mucho a favor de nuestra marca o producto. Si, estamos otra vez con lo del famoso “branding”.
- Aportan un aire fresco y renovado a prácticamente todos los impresos que tocan.
- Hay prácticamente tantas, como mensajes queramos transmitir (que no es poco).
- Son fáciles de encontrar y muchas de ellas, gratis.
Para los que no acabáis de estar convencidos de su efectividad, mejor lo comprobáis vosotros mismos en esta pequeña demostración que os hemos preparado.