El handmade es sin lugar a dudas una de las tendencias que llegan con fuerza de cara a 2018, en muchos ámbitos del diseño, entre otros el diseño gráfico y publicitario. De hecho ya hemos podido ver ejemplos de ella en los últimos años. Pero, ¿en qué consiste exactamente?
Pues bien, tal y como su nombre indica, el handmade consiste en basar los motivos principales de nuestra identidad gráfica en elementos que estén (o al menos que parezcan) realizados a mano. Se enmarca en un retorno del gusto por todo lo artesanal, frente a una cultura marcadamente industrial, en la que la producción en serie ocupa un lugar destacado.
Los elementos principales de esta tendencia son las tipografías que imitan la caligrafía y, de alguna forma, todas aquellas imperfecciones que nos alejan de los parámetros matemáticos del diseño. Las líneas se vuelven orgánicas, ya no tienen porqué ser totalmente rectas y del mismo grosor. Tampoco las distancias entre elementos tienen porqué estar medidos al milímetro. En definitiva, la huella de la mano del hombre debe quedar plasmada en el material gráfico.
El resultado es una tendencia amigable y humanizada, que huye de las normas estrictas.
Muchas veces los elementos handmade se combinan con motivos y paletas naturales o con reminiscencias de la artesanía. Resulta ideal para todas aquellas marcas o líneas de productos “eco” o “bio”, pero también para cualquier empresa que quiera aportar un soplo de aire fresco y actual a su imagen de marca.
Y más allá de la parte puramente gráfica, esta tendencia aboga por el retorno a los materiales naturales, envases retornables, elementos que personalizan los productos… Un mundo entero ante nosotros, que el mudo del marketing puede explorar.