El logotipo es sin duda el principal signo de identidad corporativa que tiene una marca. No es de extrañar, pues, que algunas firmas hayan dejado la creación de los suyos en manos de pintores de prestigio internacional.
Estos son algunos de los ejemplos más conocidos:
- Salvador Dalí y los Chupa Chups. El genio del Surrealismo creó para Chupa Chups un alegre logotipo en rojo y amarillo, muy acertado para el producto que representa. Aunque se ha ido modernizado con el paso de los años, todavía conserva la esencia ideada por el pintor de Cadaqués.
- Joan Miró y la “estrella” de la Caixa. A finales de los años 70, esta entidad financiera decidió crear una identidad corporativa única. Y lo cosiguió. Su característico logo, que a simple vista puede parecer simplemente una estrella, se puede interpretar, también, como un señor depositando una moneda dentro de una hucha. Una obra maestra de Miró, que también es el creador del inconfundible sello de la marca turística España.
- Picasso y el Finder de Apple. No. El pintor malagueño no diseñó ningún logo para la firma informática. Pero curiosamente el famoso icono del Finder de los ordenadores Apple está claramente inspirado en una de sus pinturas: Dos Personas. Un reconocimiento universal al maestro del Cubismo.
Sin embargo, algunas veces se ha asociado el nombre de un artista a un logo que no creó. Es el caso de Andy Warhol y el famosísimo logo de los Rolling Stones. Al contrario de lo que piensa mucha gente, la mítica lengua que representa a los Rolling fue diseñada por el joven artista John Pascher.